Durante el primer trimestre de 2020, la economía global no experimentó una desaceleración, sino un cierre. A medida que el COVID-19 se extendía por el mundo, las grandes oscilaciones en los movimientos de mercado se convirtieron en la nueva norma. El S&P 500® tuvo su peor trimestre (-19.6%) desde la crisis financiera mundial de 2008. Las acciones internacionales tuvieron incluso un peor desempeño, representado por la caída de 22.4% del S&P International 700. Mientras los inversionistas recuperaban el aliento después de la venta en masa de febrero-marzo, el S&P 500 repuntó en abril y registró su mejor rendimiento mensual (12.8%) desde 1987
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Los gestores activos a veces buscan suavizar las conclusiones de nuestros scorecards SPIVA® argumentando que, si bien los fondos vinculados a índices tienen la ventaja durante las alzas del mercado, es durante los períodos volátiles de desaceleración que la gestión activa puede demostrar su valía. Sin embargo, los datos históricos demuestran lo contrario y la mayoría de los gestores activos mantuvieron su desempeño inferior en 2020.
De los fondos de renta variable local, 64% perdió ante el S&P Composite 1500® en los primeros cuatro meses de 2020 y 67% durante el último semestre. Durante el período de un año con término en marzo de 2020, 72% de estos fondos tuvo un desempeño inferior a su benchmark, ligeramente peor que los resultados de fines de 2019 (70%).
La mayoría de los fondos de alta capitalización no consiguieron superar al S&P 500 en todos los horizontes temporales. Cabe destacar la consistencia de su bajo desempeño en la caída del mercado durante el primer trimestre y el repunte observado en abril. Durante el primer trimestre de 2020, 54% de los fondos de alta capitalización perdieron ante su benchmark; en abril, el porcentaje de desempeño inferior de los últimos 12 meses subió a 59%. También observamos este patrón en otras categorías, lo que destaca la dificultad de anticiparse al mercado.
Éxito a corto plazo versus desempeño inferior a largo plazo
Naturalmente, los resultados de SPIVA son más notables en horizontes temporales más cortos. Si bien vemos éxito relativo de los gestores activos en ciertos segmentos hasta los tres años, a largo plazo generalmente no consiguen superar a sus benchmarks.