En medio de las turbulencias de los mercados durante 2019, el S&P Economic Cycle Factor Rotator Index se ha mantenido estable. Este índice rota su asignación entre cuatro índices vinculados a los factores de momentum, valor, calidad y baja volatilidad, con el fin de seleccionar el factor más apropiado para cada fase del ciclo económico. Para esto, el índice utiliza una señal que se basa en el Índice de Actividad Nacional de la Reserva Federal de Chicago, un indicador de crecimiento económico de Estados Unidos. Solo en 2019, el índice rotó su asignación a cada uno de los cuatro factores, lo que indica que el ciclo económico tuvo cierta imprevisibilidad y que casi todos los microciclos cubrieron una desaceleración, expansión, contracción y recuperación.
Históricamente, el índice ha pasado regularmente por cada uno de los factores a fin de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y de realizar asignaciones al factor apropiado. El cambio de asignación más reciente se produjo en junio, cuando la asignación del índice cambió del factor de baja volatilidad al de valor, lo que indica que la economía pasó de un período de contracción a otro de recuperación. El hecho de que el índice mantuviera la asignación al factor de valor incluso después de los recortes a las tasas durante julio y septiembre de este año nos indica que esta estrategia sirve para protegerse contra movimientos significativos en el mercado. A pesar del cierre de posiciones en todo el mercado a finales de 2018, el índice ha recuperado la mayor parte de ese valor perdido durante 2019.