Muchas teorías financieras se basan en la idea de que las inversiones más arriesgadas deberían ofrecer rendimientos más altos. Sin embargo, existe una gran cantidad de evidencia acumulada desde los años setenta, que muestra que las acciones menos volátiles han registrado históricamente mayores rendimientos ajustados al riesgo en diversos horizontes temporales, regiones y segmentos del mercado.
S&P Dow Jones Indices produce diversos índices de baja volatilidad, que funcionan como benchmark o referencia para las estrategias de inversión en acciones de baja volatilidad a nivel global. Como hemos demostrado una y otra vez, los índices de baja volatilidad han ofrecido históricamente participación en el alza de las acciones y protección contra pérdidas. Recientemente, ampliamos el historial de rendimientos del S&P 500 Low Volatility Index hasta febrero de 1972, lo que nos da casi cinco décadas de información sobre el desempeño y las características del factor. A continuación, presentamos un par de conclusiones a partir de este historial extendido generado a partir de backtesting.
La baja volatilidad tuvo un desempeño superior tanto en rendimientos absolutos como en rendimientos ajustados al riesgo
muestra que el S&P 500 Low Volatility Index superó el desempeño de su benchmark estadounidense de renta variable entre febrero de 1972 y noviembre de 1990, tanto en rendimientos absolutos como en rendimientos ajustados al riesgo. Sus rendimientos anualizados más elevados y menor volatilidad que el S&P 500 generaron una relación riesgo/recompensa de 0.98, que fue similar a la relación observada durante el período posterior. Por ende, los rendimientos del S&P 500 Low Volatility Index fueron compensados de manera similar por los riesgos asumidos en los años setenta y ochenta en comparación con el período que comenzó en diciembre de 1990.