INTRODUCCIÓN
La inversión sostenible es uno de los segmentos de más rápido crecimiento dentro la industria de administración de activos, así como uno de los más complejos. El presente artículo busca aclarar algunos aspectos de este tema que adquiere cada vez más importancia.
Invertir de manera sostenible significa incluir aspectos “extrafinancieros” en la toma de decisiones de inversión, es decir, considerar factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés – environmental, social, and governance), ya sea de manera conjunta o separada. Este tipo de inversión puede manifestarse de diversas formas, desde exclusiones éticas hasta una integración completa según criterios ESG, sobre cuya base pueden construirse carteras de inversión mediante la selección de “los mejores en su clase” (a fin de maximizar los beneficios extrafinancieros) o bien evitando aquellas compañías o industrias que se considere inaceptables (ya sea para minimizar los perjuicios extrafinancieros o para promover un cambio que provenga de los mismos inversionistas). Los criterios ESG abarcan diversos campos, tales como las emisiones de carbono, el impacto ambiental, la ciudadanía corporativa y el desarrollo de capital humano. En el vocabulario de la industria, a menudo se distingue entre inversiones basadas en criterios ESG e inversiones con baja emisión de carbono (también conocidas como inversiones “verdes”). Ciertamente, los bajos niveles de emisión de carbono son un componente importante de la dimensión ambiental de los criterios ESG, pero también adquieren importancia por sí solos considerando la amenaza global que representa el cambio climático. Por ello, S&P Dow Jones Indices generalmente establece dos categorías de sostenibilidad: inversiones basadas en criterios ESG e inversiones verdes (con bajas emisiones de carbono). Para efectos de nuestro estudio, la dimensión ambiental de los criterios ESG tiende a abarcar más factores, mientras que las inversiones verdes tienden a centrarse en algunos factores que se considera cruciales en cuanto al cambio climático como amenaza global. La figura 1 presenta las diferencias que existen entre las tres dimensiones de criterios ESG.