INTRODUCCIÓN
El S&P 500 y el Dow Jones Industrial Average® (DJIA), que buscan seguir el desempeño de compañías de alta capitalización de EE. UU., son dos de los índices más icónicos del mundo. Estos índices han cambiado la forma en que los inversionistas miden el mercado de valores y comparan carteras de inversión con índices de referencia. También sirven como base para algunos de los productos vinculados a índices y contratos de derivados más exitosos a nivel global.
A fines de 2019, calculamos que había más de US$ 11.2 billones invertidos en activos vinculados al S&P 500, cifra que incluye US$ 4.6 billones en seguimiento pasivo al índice. En comparación, el DJIA presentó US$ 32 mil millones en activos vinculados, lo que incluye US$ 28 mil millones en activos gestionados pasivamente.
Según estos cálculos, el S&P 500 ganó la batalla por la atracción de activos. Sin embargo, el DJIA ofrece varias ventajas, incluyendo su simplicidad y una trayectoria mayor (celebró su 125° aniversario el 26 de mayo de 2021). Como discutimos en investigaciones previas,2 los volúmenes de operaciones de los productos de inversión vinculados al DJIA son altos en relación con el número de activos que lo siguen.
El S&P 500 y el DJIA tienen perfiles similares de riesgo/rendimiento a largo plazo y correlaciones elevadas en períodos de tres años consecutivos. No obstante, hay diferencias importantes entre ambos índices que los inversionistas deberían considerar.
- Número de componentes
- Tamaño de las empresas que los componen
- Esquema de ponderación
- Representación sectorial
- Medidas fundamentales
- Exposiciones a factores